Después de décadas sin un vehículo presidencial de producción rusa, Vladímir Putin decidió darle otro impulso a la industria automovilística nacional e iniciar el proyecto Aurus. El instituto NAMI de Moscú, que desarrolló el primer automóvil soviético, se encargó de materializar este ambicioso proyecto. Y lo hizo en un tiempo récord: solo 5 años bastaron para crear de cero un coche de lujo robusto, cómodo y, sobre todo, seguro. Una verdadera obra maestra de la ingeniería rusa.