"No tendría la conciencia tranquila si los chicos combatieran aquí y yo estuviera en casa", comenta un combatiente del batallón Krym. Esta máxima se escucha constantemente en el frente de batalla desde que comenzó la operación militar especial rusa en Donbass. Y no solo el compromiso es fundamental para soportar los días y las horas de trabajo duro, sino también la concentración, pues una voz más alta que otra o una persiana mal bajada pueden revelar las posiciones al enemigo.