Ser ama de casa, cuidar del hogar y la familia, no es nunca tarea fácil. Pero si tu casa es una tienda de pieles instalada en mitad de la tundra, si tu hogar carece de otra agua que no sea la de la nieve fundida y tu familia consta de siete hijos, esa difícil tarea se convierte en un agotador desafío que no cualquier mujer sería capaz de afrontar. Habrá quien diga que ese es el infierno en la Tierra para una madre, que nadie en su sano juicio desearía un destino así. Pues bien: según se mire…