Si hay un infierno en la Tierra, se debe parecer a Jharia. En esta población india situada sobre un manto de carbón subterráneo incandescente, es este mineral el que da la vida y la muerte. Allí todos viven de la minería, legal o ilegal, del carbón. Pero cuando las llamas salen a la superficie, devoran casas y personas. Y si no lo hacen, el carbón provoca a los habitantes una muerte más lenta y dolorosa, debido a su toxicidad. Sin embargo, aquellos que abandonan el lugar, lo lamentan.