Pese a la juventud de su población, la COVID también ha golpeado duramente al continente africano dejando una estela de angustia e incertidumbre ante el futuro. Bien lo saben los vecinos del parque nacional de Amboseli, en Kenia, cuyo medio de vida, el turismo, ha sufrido un serio revés por culpa de la epidemia. Claro que, por otro lado, la población de elefantes del parque ha experimentado un verdadero ‘baby boom’. ¿Será verdad aquello de que no hay mal que por bien no venga?