Rusia es el país del mundo con mayor número de bosques conservados. Pero las amenazas sobre estas superficies fundamentales para la generación de oxígeno y para la vida no dejan de crecer. En el 2021 se alcanzó el triste récord de más de 18 millones de hectáreas quemadas, y una décima parte de las talas que se producen son ilegales. Su pérdida no solo afecta al ser humano: muchos animales salvajes se ven expulsados de su hábitat natural y entran en las ciudades o directamente se extinguen.